Celebrando La Tierra


Un día para celebrar la Madre Tierra, ¿porqué tan poco?, para el astro que nos brotó y que nos amamanta permanentemente, ¿por qué en el mes de abril?, un mes tan seco en nuestro trópico, donde se sustenta la mayor variedad y abundancia de vida de todo el planeta, ¿por qué el día 22? entre tantas celebraciones que los pueblos ofrendan a la tierra.


Nuestra Tierra es tan antigua cono el Sol, de unos 5 mil millones de años, esta viejita, por eso debe ser que se ve tan arrugadiiiita.  Entre tantos millones de planetas que forman nuestra galaxia Láctea, se puede decir que apenas somos un granito de arena que gira en el espacio.  Somos tan pequeñitos, que parece una partícula de polvo en el universo.  Pero aún así, el tiempo y espacio están unidos, esta celebración parece ser más pequeña todavía, insignificante, parece más como un cumplido, como esos que se hacen para aparentar, pero sin sentirlo auténticamente.




Nuestra Madre Tierra se merece una celebración mayor, de una semana, un mes mejor, un año lo deseable, pero lo justo es celebrarla todos los días, pero además con una celebración auténtica, profunda y participativa, de pueblo, de diversas maneras, con muchas miradas, con tantas significaciones, como tantas naciones que habitan su territorio, con sus propias simbologías, con sus propias cosmovisiones.




Si abril es el mes de la primavera al Norte del planeta, celebran al Sol y a las flores, a los cultivos.  Pero el Sur también existe, el trópico también esta presente, con otras primaveras, con otros ciclos distintos, no es el inicio de su ciclo agrícola, momento de celebración, de ritos y ofrendas a la Madre Tierra, es otro ciclo, otra respiración, otro sentir, otro territorio, otros idiomas, otras cosmovisiones.


Es hermosa cada una de estas celebraciones que los pueblos celebran, desde tiempos inmemoriales, y que nos identifica como parte del todo.
 Somo de Tierra, también de agua y de aire, pero todo ello es Tierra, y por lo tanto somos universo, somos estrellas, que se desplaza en un equilibrio dinámico por el espacio cósmico a borde del los límites de la velocidad, pero que se nos ha dado la oportunidad de respirarla, de sentirla, de labrarla.



Somos habitantes de la vida, que se nutre de las estrellas, somos parte del milagro de la existencia, por tanto esta celebración a la Tierra es también la celebración a la vida, a nuestra existencia, por eso es la celebración de todo lo animado, vivo o no, de los elementos, de las flores, de las semillas, de los insectos, las ballenas, las aves, los sapos y ranitas, incluso de nuestros antecesores primitivos, las bacterias.

Es la madre de las celebraciones.
Es la celebración universal
Es el universo de lo diverso


Una celebración auténtica, sin otro interés que el ofrendar nuestro agradecimiento a la existencia, a la vida, al sustento que emana de ella, a la existencia armoniosa y plena, como ha sido tradición en los pueblos y naciones originarias en todo la geografía de nuestra Tierra.
Como es el Inti Raymi, de los pueblos del Sur del Abya Yala, en el inicio de su calendario Agrícola, a partir del 24 de junio, en la fecha del Solsticio.





En la celebración del Nahanamuy Nowara, es un ritual que  de la nación Warao, donde se ofrenda harina sagú o fécula del tronco (Ohidu aru, yuruma) del moriche (Mauritia flexuosa) a su Dios Ka-nobo y sus ancestros en el mundo del cielo.  Esto lo realizan en las Lunas llenas de marzo a mayo, en el corazón de los morichales, durante esta época seca en el Delta del Orinoco.

Las celebraciones de La Turas, Culto de procedencia indígena de los pueblos  Jirahara, ayamanes y/o  gayones, todas ellas antiguas naciones originariasque poblaban la región. Mapararí, El Tural, estado Falcón, en Zonas limítrofes al Sur del estado Falcón , con el estado Lara. Este ritual lo siguen practicando sus descendientes originarios, para rendirle tributo a la naturaleza por haber aportado buena cosecha de maíz.

Las celebraciones a las lluvias, que ocurren en todas las naciones descendientes originarios, que relacionan con el inicio de los calendarios agrícolas y por lo tanto con el inicio del nuevo año, muy relacionado con la declinación del Tamokan, deidad de la Nación Pemón, el hombre de una pierna, que ocurre para el mes de mayo, es una hermosa sincronización de los ciclos naturales con el ciclo cósmico, que han utilizado desde sus ancestro todas la Naciones de nuestra Tierra.



El Ritual a Kumá, que celebra la nación Pumé, en el estado Apure, Venezuela, en honor a la Diosa Madre, donde la mujer tiene una participación importante.




Estos son apenas unos ejemplos de como se celebra a Nuestra Tierra, de manera auténtica y en sincronía cósmica, y de acuerdo a la cosmovisión de cada Nación.


¡La Tierra somos todos!
y Todos las celebramos unios

















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