Desde la Luna Creciente del 30 de mayo y la Luna Llena del primero de octubre 2020
Cuando comencemos a entender el idioma de las aves, la espiritualidad de las plantas, los mensajes de los ríos, el alma de los lagos, cuando podamos ser capaces de sentir el latido de la tierra en el eco ancestral, el vibrar del lienzo celeste dibujando señales de los tiempos, entonces estaremos reconectándonos con lo esencial de la existencia. Con esta mirada se entiende que todo tiene espiritualidad, que nada está aislado, que somos parte de un todo, que estamos dentro del milagro, y sólo así podremos vivir con sagrado respeto sobre nuestra tierra. Como dignos herederos de nuestros ancestros, que anduvieron estos mismos caminos y miraron este mismo cielo, ellos que trenzaron palabras propias, paridas desde abajo de la tierra, desde donde continúan contando historias de orígenes, desde sus almas guardadas en cada una de nuestras semillas, en los cantos, en las celebraciones y rituales de existencia. El Calendario del Konuko lo proyectamos en la profundidad del tiemp