El cacao Forastero

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La variedad de cacao, Theobroma. cacao, también conocido como Amazónico, Amelonado, Camacita, Calabacillo, se refiere al cacao originario de la selva amazónica, y dispersados de manera natural en las cuencas del amazonas y del Orinoco, predominante en Brasil, Ecuador y al Oeste Africano y muchos cultivares de los países de América Central y el Norte de América del Sur.
Constituyen la casi totalidad de los cacao “corrientes”, que proporciona más del 80% de la producción mundial de cacao.  Generalmente se cultivan en conjunto con variedades Trinitarios, en la mayoría de los países de América tropical.
El cacao “Forastero de Barlovento” y el cacao “Camacita”, son los dos cultivares de Forastero, que se encuentra en Venezuela.  La primera tiene mazorcas verdes de forma amelonadas; las segundas son verdes, ovales, de forma de auyama.
Rasgos característicos:
Estaminodios pigmentados de color violeta oscuro.
Mazorca de tamaño pequeño, desde el tipo esférico hasta el amelonado, generalmente de formas simétricas, de puntas cortas,  desde la forma del criollo, hasta la forma amelonada (poco o nada surcada, superficie lisa, puntas redondeadas).  Pericarpo espeso y difícil de cortar, color verde o amarilla en la madurez, liso o casi liso, con surco más o menos borrados; su mesocarpo fuertemente lignificado.
Granos pequeños, más o menos aplanados, con los cotiledones frescos de color púrpura oscuro, de sabor astringente o amargo.

El cacao “Calabacillo”, abunda en Venezuela en el estado Sucre y en Delta Amacuro.  El árbol es más robusto y resistente a las enfermedades (MAC 1968).
Características: mazorca  casi lisa, de forma redondeada, de cascara delgada y dura.  Granos achatados en forma triangular, almendra con cotiledón morado, de sabor amargo, por alto contenido de taninos.  Requiere más días de fermentación.
Aunque Pittier (1930), retomó la idea de considerar el cacao Forastero como Theobroma. sphaerocarpum Bernoulli (1871), se ha considerado actualmente como una única especie, como parte de su gran diversidad de formas, colores y sabores. Considerando por algunos investigadores como dos subespecies: T. cacao cacao y T. cacao sphaerocarpum.  Sin embargo la gran mayoría consideran todas estas, como variedades de la misma especie de cacao.
Un estudio molecular realizado por el venezolano Juan Motamayor y colaboradores, en el año 2008, a partir de una población inicial de mil doscientos cuarenta y un plantas, de diferentes orígenes geográficos de colecciones de germoplasmas de cacao del continente Abya Yala, identificando 10 grupos afines, nombrados por la localidad o por el cultivar tradicional más representativo del grupo: Marañon, Curaray, Criollo, Iquitos, Nanay, Contamana, Amelonado, Purús, Nacional y Guiana, manteniendo las variedades tradicionales: Amelonado, Criollo y Nacional, por la alta diferenciación de sus poblaciones, quienes fueron clasificados como grupo genético Forastero.
Estos resultados refuerzan la idea de que el cacao silvestre se originó en SurAmérica, y parece descartar la propuesta de que la evolución ocurrió simultáneamente de dos subespecies, una en selvas de Centroamérica y la otra en selvas del Amazonas.  Es decir que tanto el cacao criollo y forastero se diversificaron separadamente a partir de una especie común relacionada con T. cacao.

Hallazgos arqueológicos más antiguos con evidencias del cacao

En la provincia de Zamora Chinchipe, en el sitio arqueológico conocido como Santa Ana – La Florida, de la cultura Mayo-Chinchipe, se descubrió en el año 2002, a lo largo de la cuenca hidrográfica ubicada en el actual territorio fronterizo entre Ecuador y Perú, fechada entre 5500 a 3435 años antes del presente.
La evidencia rescatada de los contextos funerarios y de los desechos domésticos del yacimiento permitió al equipo de Zarrillo y colaboradores (2018) la identificación de gránulos de almidón de Theobroma cacao de un tiesto procedente de un depósito de desechos cotidianos. El análisis del ADN de la mitad de la muestra orgánica analizada permitió una identificación positiva para la presencia de Theobroma. 
Las evidencias encontradas en el yacimiento Santa Ana-La Florida, dan sustento a la hipótesis de un origen amazónico de esta fruta, pues constituyen las muestras más antiguas de su uso social en el continente Abya Yala.
En estas regiones selváticas, donde se encontró estas evidencias arqueológicas, también es notorio las práctica agrícolas que desarrollaron, en lugar de despejar grandes áreas para el cultivo de plantas como el maíz, los ñames o los yucales no es la mejor estrategia de adaptación en un medio constantemente amenazado por la erosión de los suelos, causada por la deforestación y un alto régimen de precipitaciones. Una estrategia más sensata y a la larga, igualmente productiva, es el cultivo de conucos (familiares o comunales) al interior del bosque natural. Esta estrategia, practicada por la mayoría de los pueblos selváticos en la actualidad, parece haber sido la dominante a través de la historia. El despeje selectivo y limitado de la vegetación para ganar espacio de cultivo es la práctica corriente en un conuco. Desde el inicio, los pueblos comprendieron la frágil naturaleza de los suelos en este medio y por ello desarrollaron técnicas para proteger y prolongar la vida útil de la capa orgánica del terreno. La exposición prolongada de los suelos a la luz solar y a la caída directa de las lluvias los desgasta de sus nutrientes naturales y reduce en consecuencia su productividad. Por eso la sombra que brindan los árboles es necesaria para mantener un equilibrio natural en la capa orgánica. Descola explica que en la Amazonía se practica una agricultura que imita de alguna manera a lo que la naturaleza ha instaurado para protegerse.

El cacao “Forastero” en el territorio amazónico venezolano
El cacao ha existido de manera silvestre, en nuestras selvas amazónicas cuyo uso, aparentemente era desconocido por los indígenas (Gilij, 1782), sólo como sustancia azucarada, utilizando el mucilago que rodea las semillas para consumirla directamente, o en forma de bebida.
En el territorio Amazonas de Venezuela, la nación Yekuana, Baniva, Bare y Kurripako, nombran esta especie como cacao, y el principal uso que le dan es chupar el mucílago que rodea las almendras del fruto. La nación Yanomami en cambio es la única nación del Amazonas Venezolana, que tiene su propio nombre autóctono para el cacao, que nombran como “Pohoroa” (Pohoro o Pohorke lu), o Pojoroa, que significa en su idioma “fuego”, además de darle una mayor variedad de usos (Sánchez et al., 1989).
Estos autores, luego de ubicar y analizar morfológicamente aspectos fenotípicos de plantas de cacao en nueve localidades dispersas en el estado Amazonas, observaron mucha semejanza entre las plantas encontradas, en cuanto al color de los brotes; forma, color y tamaño de las hojas; tamaño y color de las flores; forma, color y textura de los cotiledones; rango de los índices de los frutos y semillas; proporcionalidad de los pesos; grosor de la corteza del fruto; presencia de surcos y costillas poco pronunciadas; color de los frutos.  Lo que es un indicio de su poca variabilidad intra-específica.  Con frutos pequeños, amelonados, de color verde claro y moderadamente lisos, y de almendras ligeramente ovaladas y de cotiledones de color violeta claro.
Las plantas de cacao localizadas en el Amazonas Venezolano, fueron encontradas cercanas a las viviendas, en los caminos y en lugares donde se desarrolló actividad humana, siendo las especies T. cacao y T. grandiflorum, las especies más apreciadas en este territorio, plantadas colindantes a las comunidades y lo hacen siguiendo sus métodos tradicionales de siembra y mantenimiento de conucos.  Basados en todos estos aspectos anteriores y además en la superposición de la distribución territorial de esta nación y la del cacao muestreado, proponen que la nación Yanomami, ha cumplido un rol importante en la dispersión del cacao en este territorio.

Testimonios sobre el cacao “Forastero”
Si hasta ahora recopilar testimonios y aprender de los distintos cultivos que trabajamos en esta sección de las ediciones anteriores del calendario ha sido una experiencia enriquecedora, con el cacao amazónico, no ha sido fácil encontrar  experiencias konukeras, aunque debemos considerar, que si bien se anda cerca del cacao por la brega chocolatera, donde reconocemos la sapiencia de muchos de ellos con relación al cacao, nos fue difícil contactar a personas que si conocen sobre esta variedad, por lo que queda una tarea pendiente, hurgar en esos saberes konukeros o de otra índole con dicho cacao, y tratar de superar esa brecha entre su presencia ancestral tan nuestra, que es en la misma proporción, muy desconocida.
Por otra parte, cabe resaltar que esta tipo de cacao, por no ser un cacao “fino”, es poco mencionado en el mundo del chocolate, pero sin duda, que es una variedad que se abre camino y está acostumbrado a superar las dificultades que le impone la naturaleza y la actividad humana, por ser bastante resistente al rigor de las enfermedades, parásitos y herbívoros, de manera que su aporte en el cruce entre variedades de cacao, ha aportado esta fortaleza, que en muchos casos ha salvado y mantenido la producción de cacao en el territorio de haciendas, pero también es la variedad que más frecuentemente encontramos en territorio de naciones originarias y en sus Konukos.
Sin embargo,  tenemos el relato del Konukero William Goitía, quien nos relata su experiencia con dicho cacao:
“Hace unos cuantos años, formamos parte de una expedición por ahí como en el año 1997, en compañía de Pedro Sánchez y José Vicente Hernández, nos embarcamos en lancha por el Río Negro y el Casiquiare, para ver la distribución y usos del cacao, y de verdad que el cacao presente en esta región es del tipo amazónico amelonado, de mazorcas amarillitas, bastante pequeñas.  En esa magnitud de bosque, nos dirigíamos a pequeños poblados de naciones originarias, y allí cerca de las casas se encontraban pocas plantas de este”.
Si bien, conocer de este cacao no es una tarea fácil, como konukera que no se detiene ante las adversidades, tengo como habito visitar Konukos en donde me sea posible llegar, para el 2017, junto a mi Compañero William Goitía, decidimos emprender el proyecto de compromiso y voluntad denominado: Diseminación de Cacao en Patios y Konukos, con la fortaleza y compañía del Colectivo TRUKEKE y EPaTU KONUKO.
¿Y en qué consiste? Simplemente, sembramos dos o tres plantas en los patios de familias, reproducidas hasta ahora sexualmente a partir de plantas sanas y adultas provenientes de Konukos. En la búsqueda de mazorcas, por lo general nos hemos encontrado con la presencia de cacao trinitario, pero en muchos Konukos, nos hemos topado con plantas con características de ser cacao forasteros, cabe resaltar que todas las plantas, independientemente de su variedad, se conservan hermosas y saludables, es de resaltar, que el mayor número de plantas que hemos visualizado en un konuko son diez, por lo general, la gente tiene una o dos entre su cultivo diverso.
Cuando conversamos con los konukeros visitados, con relación al tipo de cacao, y en faenas más técnicas como abrir una mazorca para reproducir sus semillas, nos percatamos de sus características, concluyendo, que posiblemente sea cacao forastero, y en esa conversa la gente se va apropiando de un saber que tenía a la mano pero que no lo reconocía, de igual manera le animamos a que consulten documentación técnica que pueda ofrecerle mayor información.
Se propicia, que la gente valore al cacao, más allá de su codiciada valía para chocolate, pues es reconocido, que es un súper alimento, por lo que incentivamos a que cultivándolo en sus patios, puede acceder a un fruto hoy día de alto costo, por ello, nuestro compromiso los acompaña con actividades formativas sobre su cultivo, prevención de enfermedades, manejo pos cosecha, procesamiento artesanal y desarrollo de gastronomía, y le insertamos en la medida de lo posible con los talleres formativos de la Escuela de Chocolatería del alba.
El compromiso, nos anima  a visitarles periódicamente en jornada de seguimiento a la planta en los ciclos de sequía-lluvia y de acuerdo a la labor (poda-aporque u otras),  considerando siempre la fase lunar adecuada.
Sin pretender que todos sepan de cacao, poquito a poquito la gente se apropia de un saber, lo hace cotidiano, y como siempre afirmo, trabajando como la lombriz se logra más que haciendo alharaca.
Sueño con cacao Santa Cruz, o Corocito, así como que cada comunidad pueda tener su territorio cacaotero, donde sea el rostro de la gente el que se muestre con orgullo en las creaciones que produzcan y no un logo sin sentido.
Por ahora, este sueño se va concretando en los Municipios del estado Aragua: Mario Briceño Iragorry, Girardot, Sucre, José Ángel Lamas, Zamora, Bolívar, Libertador, Linares Alcántara, y en los estados Bolívar, Vargas y Distrito Capital, en esta etapa estamos consolidando mini viveros en comunidades donde haya un konukero comprometido con esta brega, no perdiendo jamás de vista, que es con, para y por la gente, que se logran las cosas, y, tal vez, emerja del anonimato el cacao forastero.

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