La planta de Guayaba
Este arbusto o árbol
pequeño, fragante y de delicioso fruto, originario del Abya Yala, que se
cultiva en todas las regiones tropicales y subtropicales del mundo. Es nombrado Psidium guajava L., de la familia de plantas Myrtaceae. La denominación guajava, es voz indígena con
la que se conocía la planta.
La guajava es un árbol que
alcanza hasta los 10 de altura, su
tronco presenta una corteza lisa de color marrón-rojiza, que se va
desprendiendo de forma natural en láminas o placas. Sus ramas jóvenes son 4 anguladas. Sus hojas son coriáceas (consistencia similar
al cuero), aromáticas, verdes o verdes-amarillentas, ovaladas-elípticas y
pubescente (peludas) en el envés (por debajo), de punta redondeadas, de 4-12 cm
de largo. Sus flores que están presentes
por casi todo el año, son fragantes, se disponen solitarias o en grupos desde
las axilas o en las terminaciones de las ramas, con 5 pétalos blancos, algo
ovalados, de 1,5 a 2 cm de largo; con estambres numerosos; ovarios con 3 a 5
celdas. Los frutos son bayas globulares
o en forma de pera, de 3-8 cm de ancho, de color amarillos, blancos, rosados o
verdosos, con una abundante pulpa interior jugosa y comestible, con numerosas
semillas, son de consistencia pétreas, triangulares, reniformes, comprimidas,
de color blanco, amarillo claro o café amarillento, de 3 a 5 mm de longitud
aproximada.
Las semillas seleccionadas
se colocan en bolsas con abono, tierra y arena, manteniendo riego diario, para
que en una semana aproximadamente germinen.
Luego de dos meses después se pueden trasplantar a la tierra, a una
distancia de unos 5 metros entre ellas.
El fruto de la guajava es
uno de los más alimenticios, conteniendo abundante vitamina A, C, tiamina,
riboflavina, niacina, calcio, hierro, fósforo, carbohidratos, proteínas y
grasas. Se emplea de manera popular e industrial para la elaboración de
conservas, mermeladas, jaleas, bocadillos, jugos, helados y en repostería.
Propiedades
medicinales
En este apartado, indicamos
información de trabajos basados en indagaciones populares sobre el uso
medicinal de la guayaba, sin embargo es importante remarcar, que el tratamiento
natural, debe ser guiado por personas con experiencia en este tipo de
tratamiento, para la precisión de la dosificación adecuada en relación a la
enfermedad, la edad, el peso, el ciclo menstrual, el ciclo de la Luna, entre otros asuntos.
Además este fruto tiene
virtudes desintoxicantes, al consumirlos en forma de jugo fresco. Los frutos verdes en decocción se toman
contra las infecciones urinarias. Las cascaras o conchas del fruto en decocción
también sirven para curar las úlceras, dolores de estómagos, y diarreas. El consumo diario de esta fruta
activa la función inmune en el ser humano por ser un excelente antioxidante.
Fortificador del sistema nervioso y el aparato digestivo. Su consumo también
ayuda a tratar resfriados y dolores de garganta. Es un aliado para prevenir el
envejecimiento prematuro.
Las semillas pulverizadas
ayudan en la cura de la diabetes. Las
flores en decocción se toman oralmente contra las amebas, además como regulador
de los trastornos menstruales.
Las hojas de guayaban son
utilizadas para evitar las caries de los dientes, ya sea frotando directamente
o como enjuague bucal. Los cogollos
tiernos son astringentes y son utilizados en infusión para detener diarreas,
las indigestiones, refriados, antiespasmódico, calmante. Utilizadas externamente, a manera de
cataplasma baja las hinchazones y contrae las várices; en forma de baño cura la
sarna, enfermedades cutáneas, úlceras y contra la caída del cabello.
La decocción de la madera la
utilizan para detener la diarrea, además esta madera por ser dura y pesada es
utilizada para la construcción de sillas y otros muebles resistentes, para
hacer tallas, trompos, cabos de hacha, chícoras u otras herramientas.
En el acervo cultural, esta
planta es muy nombrada en canciones, versos, refranes y dichos. Aludiendo a lo duro de su madera, se dice que
las personas impotentes les favorece contar con una “horqueta de guayaba”, para
poder cumplir su cometido. Además por el
sabor algo amargo de su madera se escucha el dicho popular “fulano está pasando
un guayabo”, refiriéndose a un pesar amoroso.
Por la carnosidad y exquisitez de
sus frutos, puede oírse un piropo como “¡quien fuera pájaro para picar la
guayaba de tus ramas!”.
Testimonios
sobre la guayaba
Desde que tengo uso de
razón, conozco la guayaba, en mi casa en Maracay crecimos junto a dos plantas
grandes que eran el centro de atención del patio, pues siempre tenían fruto,
apenas caía una sobre el techo todos corríamos a coger del mismo como si fuera
algo novedoso, pero es que eran amarillitas, dulcitas y rojitas, también
algunas pintonas, nos decían, sáquenle los gusanos y las semillas, porque puede
dañarles la apéndice, pero que va, uno iba directo a morder y a degustar ese
delicioso fruto, en esos matas de
guayabas aprendimos a monear árboles, recuerdo que nos montábamos y movíamos
las ramas pa que cayeran aquellas que eran inalcanzables, mi mama nos hacía
jugos, dulce tipo conserva pa rellenar panes, y mucha gente iba a la casa a
buscar de sus frutos, pues es archiconocido que son buenísimas para subir la
hemoglobina, estimo, que tanta guayaba en la niñez nos hizo ser muy sanos toda
la vida; ya de adulta, supe que es la fuente de vitamina C más grande que
existe en una fruta. También mi papa que era campesino la utilizaba como
desodorante, tomaba los cogollos y los estrujaba con la mano y se untaba en las
axilas.
La konukera Josefina Laurito
desde la Peñita, Chivacoa estado Yaracuy, con relación a la Guayaba nos dice,
que la misma sirve para problemas estomacales, para parásitos, bacterias, se
licuan 3 hojas y una guayaba verde en un litro de agua, colar y tomar por agua
durante el día. Recomienda comer guayaba para quienes presentan
inmunodeficiencia, así como las hojas machacadas se usan en heridas y
picaduras.
De igual manera, desde Santa
Cruz de Aragua, la konukera Gloria García, nos cuenta que las hojas de la
guayaba son astringentes, que sirve para hacer buches de sus hojas machacadas
para la garganta y amigdalitis, así como masticar sus hojas sirve para los
dientes y las hojas estrujadas para
combatir el mal sudor.
En visitas a Konukos, llegué
a la casa de la señora María Maldonado en Urb. Corocito, Santa Cruz de Aragua, quien
en su casa tiene una guayaba que le llaman guayabita del Perú, me dio a
probarla y es muy deliciosa, pequeñita con apenas una o dos semillas, me di una
harta de esa guayabita hasta que quede satisfecha; ella manifestó mucho afecto
por esa planta, ella misma la sembró, dice que tarda en lograr su máximo tamaño
como 20 años, y unos 7 años dar frutos.
También me hablo la guayaba cimarrona, que es la que nacen en
los caminos, pues la siembran los pajaritos, es un árbol muy fuerte pues
resiste las inclemencias del no cuido, por lo general el fruto se come verde,
ya que las aves no la dejan madurar, y es muy sabroso.
Doña María, anda con un bastón de guayaba, para apoyarse
y poner barreras al caminar entre sus perras,
me comento que es una madera muy fuerte, y que con ella se elaboran
hermosas artesanías, a mí me pareció ver en la sra María, a La Mujer de la
guayaba, se lo comente, y ella solo se rio a carcajadas.
Desde orillas del Lago de
Tacarigua, Maracay, estado Aragua, la hermana Marleny Suárez nos comparte su
anécdota vivida con la guayaba:
“El año pasado mi hijo
Manuel Alejandro estuvo hospitalizado por un cuadro diarréico. En la clínica lo
estabilizaron. Le fueron realizados los exámenes de rigor. Me dijeron que era
un cuadro viral. Seguía con la diarrea. Lo dieron de alta porque por emergencia
ya no se podía hacer más nada. Le prescribieron varias medicinas y un examen
seriado de heces. Ya era de noche. Llegué a casa y Manuel Alejandro con dolor
abdominal todavía no pudo dormir en toda la noche por la cantidad de veces que
fue al baño. Muchísima diarrea toda la noche. Al amanecer me dijo que se sentía
muy mal, que lo llevara al médico. Lo veía tan mal que decidí ir a buscar un
taxi para llevarlo. Ya tenía mi bolso en la mano cuando salí a buscar el taxi.
Mientras caminaba me dije: “Marleny vas a tener que actuar según lo que tú
crees. Desvié el camino y me fui a la frutería. Allí pregunté por guayabas.
Habían muchas guayabas, muy frescas y hermosas. Con un cuchillo piqué una de
ellas y su pulpa era rosada. Compré más de un kilogramo. Al llegar a casa mi
hijo me preguntó: “ y el taxi”. Le respondí. “Vamos a hacer las cosas según
Marleny… te compré para hacerte un
jugo espeso de guayaba y una sopa”. De
inmediato le preparé el jugo. Lavé tres
guayabas, las coloqué en la licuadora, muy poca agua. Listo el jugo. Mi hijo se
bebió dos vasos de jugo de guayaba. Fue mágico. Él mismo a los pocos minutos me
dijo “¿qué tenía ese jugo mamá? Ya hasta el malestar se me está quitando. A la
media hora ya se sentía muy bien, según
decía. Tomó tres veces más jugo de guayaba. Adiós diarrea. Adiós dolor
abdominal. Adiós malestar. Se sintió muy bien. Al día siguiente se reincorporó
a sus actividades con toda normalidad y en excelente condición. Sin dolor y sin
diarrea. Sin ningún malestar. Por esta razón prefiero evaluar la vía de la
terapia natural. Para mí es una excelente opción.
Con esta anécdota puedo dar
fe de las bondades de la guayaba en la salud del ser humano y su efecto
inmediato sobre el Sistema Digestivo.
Ha sido un placer compartir
con ustedes esta anécdota que mi hijo recuerda muy a menudo. Son mis dotes de
bruja … ja.ja.ja.ja.ja.”
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