LA PLANTA DE PAPA
La papa o
patata (Solanum tuberosum L.) es una especie de planta herbácea, de raíz
tuberosa comestible que acompaña los konukos, en especial en los Andes, y aún
en los mercados populares de la región pueden apreciarse variedades que en el
resto del país son prácticamente desconocidas, como la papa negra, la papa
rosada, entre otras.
Esta planta
pertenece al género Solanum de la familia de las solanáceas, originaria de la
región que hoy comprendería al altiplano sur del Perú y al noroeste de Bolivia.
Fue domesticada en el altiplano andino y en las cercanías del lago Titicaca por
los habitantes de esta región desde hace unos 8000 años. En español, la palabra
«papa» es un préstamo lingüístico del término quechua papa, para nombrar a más
de dos mil variedades.
Este cultivo
se siembra en más de 100 países, en clima templado, subtropical y tropical,
aunque esencialmente la producción es mayor en clima templado, con temperatura
diaria promedio entre 18 a 20 ºC. Por esta razón se siembra al principio de la
primavera en zonas templadas, es decir alrededor de Marzo en la región templada
Norte y en septiembre en la del Sur. En las regiones más cálidas, de clima
tropical cálido, se siembra en el período más fresco del año:
noviembre-diciembre al Norte del Ecuador y entre mayo a julio al sur de la
franja Tropical. Pudiendo cosecharse entre los 90 a 120 días, dependiendo de la
variedad de papa y el clima. En las montañas andinas de esta región tropical,
tiene la posibilidad de sembrarse todo el año.
No se propaga
comúnmente por semillas, sino por los tubérculos, que se dividen en trozos que
poseen yemas, llamados “ojos” de la papa. De esas yemas surgen los brotes de
las nuevas plantas, que crecen mejor en tierras frías y suelos porosos de buen
drenaje.
Los tallos de
esta planta son ramosos, de unos 60 cm de alto, de hojas pecioladas,
segmentadas, dentadas, vellosas son de color verde oscuro. Las flores
distribuidas en racimos terminales, con pétalos de color blancos o violetas.
Los tubérculos poseen diferentes colores, dependiendo de la variedad. Tiene un
ciclo vegetativo que varía de tres a cinco meses, de acuerdo a la variedad y el
clima, cosechándose de 5 a 7 meses después de la siembra.
En Venezuela,
las zonas con mayor producción de papas se localizan en Los Andes, sin embargo,
en los estados Aragua, Carabobo, Lara y Yaracuy, se intensifica su cultivo.
Por sus
cualidades energéticas, contenido de vitaminas y minerales, propiedades
saludables, constituye un alimento muy valioso para la subsistencia humana.
La papa es
preparada de una enorme diversidad de opciones culinarias, en diferentes
regiones andinas, a la que se le brinda un trato divino y respeto al momento de
trato alimenticio.
También de
ella se elaboran bebidas alcohólicas, y remedios para la cura de algunos males
que afectan la salud.
En la medicina
popular se ha probado que las hojas en cocción alivian espasmos, neuralgias,
sirven para la higiene íntima de las mujeres y trituradas como apósitos para
las hemorroides. El tubérculo crudo y triturado, posee cualidades favorables en
el tratamiento de enfermedades gastro-dudenales; picado en rodadas, se puede
colocar en zonas de la piel afectadas por la insolación o quemaduras leves. La
concha hervida en agua es buena para la conjuntivitis. Debe evitar el uso de la
papa verde, debido a su efecto tóxico y siempre bajo la observación y cuidado
de especialistas que conozcan y tengan práctica probada en esta área. Muy
importante es abstenerse del uso de plantas como medicina en niños lactantes.
Testimonios desde el Konuko
Para mi
escribir sobre la papa, resulta algo contradictorio, pues aunque es una verdura
que desde pequeñita ha estado presente en nuestra mesa, desconozco casi todo sobre
su cultivo, aunque sé que existen muchísimas variedades; por aquí se consiguen
unas que mientan colombiana, la papa amarilla y la blanca.
La indagación
para este calendario ha resultado muy curiosa, pues me he percatado que al
igual que yo, me he encontrado con konukeros urbanos, quienes no han tenido la
dicha de haber cultivado la papa. Lo que me indica que no está muy presente en
los Konukos del centro del país, pero sí se ha encontrado en regiones andinas,
pero generalmente parece estar reservada a grandes cultivos, por lo que nos
queda una tarea pendiente: hurgar más sobre las experiencias de siembra de
papas en Konukos.
No obstante,
revisando la red social, me encontré con mi amiga, y konukera, Sandra Parra quien nos relata lo siguiente: Hace
algún tiempo, antes de que comenzaran a
escasear en Caracas productos
alimenticios, me sorprendí pensando en que casi todo lo que compraba para comer
eran productos importados, o que en algún paso de su producción tenían partes
importadas, y se me atravesó el pensamiento de lo dependiente y vulnerable que
me hacía esta situación. Pues como si fuese algo premonitorio, al igual que a
casi todos los venezolanos, a mí y a mi familia nos ha tocado comenzar un
cambio radical en la alimentación, donde casi exclusivamente comemos frutas,
legumbres y verduras que se producen en el país, con una sustitución importante
de proteína animal por vegetal. Y una cosa llevó a la otra: ¿Cómo se producen
esos alimentos? ¿Cuánto tardan las verduras en crecer? ¿De dónde saco las
semillas?. Cultivar papas ha sido toda una experiencia; comenzamos hace como 2
años, en un pedacito de terreno inclinado, cerca de Caracas, que entre mi
compañero y yo fuimos aplanando. Todas las semanas guardamos los desechos
orgánicos de las verduras y frutas que nos comemos y los fines de semana los
llevamos hasta el terreno y los vamos acumulando entre capas de tierra. A los
pocos meses ya las verduras se han desintegrado, con ayuda de las lombrices;
esta tierra descompuesta la combinamos con bosta de vaca o caballo, que
encontramos por el camino y desechos de plantas.
Las semillas de papas salieron
de papas que compramos en el camión de verduras (hoy se ven muchos en Caracas)
que dejamos guardadas unas semanas en bolsas de papel, hasta que les salieron
retoños.
Las papas que
sembramos han tenido un período de cosecha como de 4 meses; entre semana, las
riega la lluvia y los fines de semana, nosotros. No tienen ningún tipo de abono
químico, no son muy grandes pero, cada vez que me como un puré de papas,
cultivadas, cuidadas y cosechadas por mi familia, la alegría es inmensa.
La cantautora
y Konukera Lhana Conda publica en sus redes la siguiente
experiencia: de la papa que compras por ahí puedes sacar la semilla, hay unas
que ya asoman su raíz. Mételas en un envase que contenga alguito de agua y ella
comenzará a echar raíces largas.. De ahí la pasas a la tierra abonada. Le echas
aguita de vez en cuando y amorcito diario. A los dos o tres meses tendrás papas
sanas, papas de conuco, sin tóxicos.
Desde Alemania, nuestro amigo “Perro e Playa” (alias Luis
Alfaro nos envía parte de sus vivencias, sobre la maravillosa
papa:
“Con las papas hay
infinidad de opciones, a mí me gusta en puré con queso y mantequilla, como
relleno para empanadas, como ñoquis, fritas, al horno, etc. Algo que vi por acá
es un restaurant de comida rápida donde solo sirven papas, cocinan las papas
grandes, de 500 gr aproximadamente y las sirven cortadas a la mitad y con el
relleno a elegir; las combinaciones me recordaron una arepera en Caracas, hay
de todo. Por otro lado conseguí plantarlas en un pote con tierra y se dan súper
fácil, acá crecen muy bien y se dedican a cultivar diferentes variedades,
quizás no tanto como en los Andes, pero acá se ama la papa, Kartoffeln es la
traducción y deutsche Kartoffeln es una expresión popular para insultar a los
alemanes cuando son poco tolerantes, especialmente con los extranjeros...”
Por ser una
época de recién salida de celebraciones navideñas, las familias se engalanan
aun con suculentos platos en sus casas, quisimos presentarles una receta que
nos envía el Chef Michelangelo Tavaglione Quereigua, colaborador de este calendario:
Sencillo, vas
a filetear 10 sardinas, solo los filetes, y los pones a marinar en aceite y ajo
picado, déjale la concha del ajo, sal y si quieres unas gotas de limón, pero
poco. Luego pelas unas 10 papas medianas y las cortas en rebanadas redondas de
1 a 2 milímetros de grueso, y las cocinas en agua con sal pero no que se pasen,
que queden medio crudas. Vas a poner a quemar dos pimentones, hasta que se
queme la concha y puedas pelarlos y quede la carne, y en una pastichera
aceitada o enmantequillada, vas a armar como un pasticho con capas de papas
primero, luego sardinas y luego julianas de pimentón morrón (así se le llama
luego de quemar la concha y pelarlo). Al terminar las capas debes dejar las
papas de último en la superficie y le pones un poco de crema de leche y queso
parmesano y lo metes al horno a 180 grados por un espacio de 45 minutos. Se
puede acompañar con arroz blanco o una ensalada verde de lechuga, con espinaca
también, con algo verde, también con tomates.
El señor Emiro
Rojas nos cuenta su vivencia con la papa en Lagunillas, del estado Mérida.
Recuerda que por los años 1945, se comenzó a sembrar la papa en estas tierras
bajas, donde se inició la primera prueba para sembrarlas en esta zona, una más
cálida, donde su papá Pepe Rojas y unos técnicos agrícolas sembraron con un
sistema de riego, dando buenos resultados.
La konukera y
maestra Gaudi García, de Monte Carmelo, nos cuenta que por su pueblo, recuerda
que cuando el tiempo de sus abuelos, por su pueblo se sembraba papa, que se
daba muy buena, pero con el paso del tiempo se fue perdiendo la semilla y ahora
nadie la siembra. "Así me acuerdo yo", dice.
La profesora
Liccia Romero, de la Universidad de los Andes, estado Mérida, Venezuela, viene
realizando un importante trabajo, para la recuperación de variedades de papa,
en conjunto con campesinos konukeros que todavía conservan y siembran las
semillas heredadas de sus antepasados, divulgando este trabajo entre las
generaciones jóvenes y apoyando organizaciones campesinas que se han planteado
el rescate de las papas nativas.
Durante un
recorrido que me permitió conocer de primera mano esta valiosa experiencia,
pude constatar la siembra de la papa con sus prácticas ancestrales, sin la
utilización de venenos químicos, porque están claros que es muy dañino para la
tierra y para los ojos de agua que emanan en las montañas de su pueblo Gavidia.
Sin duda que es un reservorio de semillas autóctonas de papa, de especies de
papa silvestres y de respeto a la actividad agrícola integral.
La experiencia
Konukera es diversa, por ello, día a día vamos incorporando al quehacer con la
tierra esos saberes de quienes al igual que una experimentan vivencias
particulares de cultivos en el konuko, por ello, nos encanta conocer como cada
persona realiza tal o cual practica, en este calendario de alguna forma
intentamos mostrar lo vivido por cada konukero, con relación a la Papa, en su
relato Ensayo y Error, José Roberto Duque, nos revela lo siguiente: nuestra
primera cosecha de papas en un envase grande (o mediano: un pipote de 80 litros
picado por la mitad) fue de cerca de tres kilos. 21 papitas obtuvimos de una
sola, en Alto de Escuque (a unos mil metros sobre el nivel del mar), a los tres
meses de sembrada la semilla. Luego quisimos reproducir el experimento en
envases más pequeños, y la cosecha fue mucho menor en cantidad y de baja
calidad. Parece obvio, pero tuvimos que experimentarlo: si vas a cultivar papas
en envases, éstos deben ser grandes y estar bien abonados, con drenaje y buen
riego. Abonar cada mes con estiércol descompuesto
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