La planta de kinchoncho (Cajanus cajan)


                                                    Kinchoncho Negro (Foto Laura Morales)

Esta leguminosa de la Familia Fabaceae, es también conocida como guandul, gandul, guandú, frijol de palo o quinchoncho es una leguminosa arbustiva de hojas alternadas trifolioladas. En la India ha sido sembrado desde hace 4 mil años, desde donde se difundió al Oeste de África, Se discute sobre si su origen es África o la India, pero se cultiva hace por lo menos 3 mil años.
Planta que mide de 1 a 3 m de altura, con soportes de 0.5 a 3 cm, hojas alargadas divididas en 3, agudas en la punta con pelos en el reverso. Las flores miden 2 cm, y tienen un cáliz cubierto de vellos, son de diversos colores: amarillas sin nerviaciones ni manchas, amarillas con nerviaciones rojizas o del tipo bicolor amarillo y púrpura. Posee brácteas pequeñas o grandes y caducas y carece de bractéolas; el cáliz mide de 1 a 1,2 cm de largo.  El fruto es una vaina con 2 a 5 semillas, de 5 a 8cm de largo, de ancho las semillas miden de 7 a 8mm.
Esta leguminosa se cultiva entre las latitudes 30ºN y 30ºS, aunque se desarrolla mejor entre los 15ºN y 20ºS.  Se  adapta  bien  tanto  en  zonas  con  altas  temperaturas  y  climas  secos  como  en  zonas  con  condiciones ecológicas subhúmedas. Crece  bien  desde  el  nivel  del  mar  hasta  los  1.000  msnm.    Sobrevive  hasta  en  los  suelos  más  pobres, bajos  en  nutrimentos  debido  a  su  rusticidad.    Produce  muy  bien  en  suelos  drenados,  de  topografía ondulada ya que su crecimiento se afecta en suelos anegados.  Produce con precipitaciones entre 250 y 375 mm, aunque la planta requiere abundante humedad durante los dos primeros meses de edad y produce mejor con 650 a 2.800 mm de lluvia regular, acompañado de una temperatura ambiental entre 18°Cy 30°C,  las temperaturas por debajo de los 17ºC retardan el crecimiento
Se recomienda sembrarla en el período de salida de lluvias. Se  recomienda  la  siembra  a  una  distancia  de  80  cm  entre  surcos  y  10  cm entre  plantas. También  se  puede  utilizar  a  una  distancia  de  16  cm  entre  plantas  y  50  cm  entre  surcos.  
Se colocan tres semillas por hoyo,  y luego la  entre  los  noventa  a  ciento  veinte  días las plantas  empiezan  a  producir  vainas.  Con el fin de  obtener una segunda cosecha, inmediatamente  después de  terminar la primera cosecha, se puede realizar una poda cortando la planta a 10 cm de altura sobre el suelo.
Este cultivo. No sólo puede crecer en suelos pobres y degradados, sino que además mejora las condiciones del suelo, en cuanto a la disponibilidad de nutrientes, actuando como abono verde, manejado prácticas conservacionistas.
Como cultivo asociado. Tiene afinidad en cultivos asociados en combinaciones con sorgo, maní, maíz, arroz, batata y fríjol chino.
También esta planta puede ser utilizado como suplemento proteico en alimentación de rumiantes, bien sea bajo pastoreo, como forraje de corte, incluyendo hojas y vainas, o como ingrediente de raciones balanceadas, y en ensilajes con participación hasta de 66,7% de la mezcla.
En la alimentación de aves comerciales y cerdos, las semillas del C. cajan pueden constituir hasta 30% de la dieta.
Son diversas las funciones farmacológicas que posee, y destaca el efecto antimicrobiano, el efecto antibacteriano, la actividad hipocolesterolémica, la actividad antidiabética, las propiedades neuroactivas y antioxidantes; su actuación como anticancerígeno, hepatoprotector y antihelmíntico.

Testimonios del quinchoncho desde el KONUKO

Muchas veces nos preguntan sobre el ¿Por qué? de estos testimonios dentro del calendario, si bien, no tenemos la respuesta a todo, en este aparte del mismo, queremos reconocer esos saberes que circulan entre el konuko, como torrente vital de quienes ejercemos la practica konukera, y que es casi imposible encontrarlo en textos de agricultura alguna, pero tal hecho, no desdice que no sean fundamentales en el quehacer de la labor con la tierra, pues constituyen principios de la vida del ser humano con la  pacha mama.
Debemos puntualizar, que la mayoría de estos vienen expresados mediante relatos, donde el narrador revela espontáneamente su vivencia, permitiéndonos además, develar entre estos, toda una práctica socio cultural del entorno o territorio donde se desarrolla el quehacer del konuko.
También en los testimonios podemos encontrar datos precisos, ideas sencillas, recetas, medicina ancestral, expresiones del arte,  técnicas originarias del trabajo con la tierra, y del cultivo especifico que trate el calendario, y que en muchos casos pueden orientar a quienes se inician en la faena del konuko.
Por ellos invitamos a quienes deseen compartir sus experiencias del konuko a través de este calendario estar en comunicación con nosotros quienes con mucho gusto divulgaremos su experiencia, mediante relatos, fotografías, videos, entre otras formas.
Con el quinchoncho tenemos la fortuna de compartir los siguientes relatos:
Desde pequeñita conozco del quinchoncho, por ser uno de los granos que se comían en nuestra familia, aunque hasta ahora no lo he cultivado en mi Konuko, se un poquito de dicha planta, pues en los compartires konukeros uno se encuentra con ella en algunos patios, he cosechado muchas veces de esta en dichos encuentros, como los que hacíamos en la Komuna Sabino Romero de Maracay o en el Espiral de Margarita aquí en Santa Cruz de Aragua.
Recuerdo ese guiso de quinchoncho aliñaito,  acompañado con arroz, pasta, o algunas verduras como papa, yuca, ocumo, ñame, tajadas y complementado con ají picante al estilo llanero que nunca faltaba en casa.
Irónicamente aun no lo he sembrado en mi Konuko o Espiral de Kreación Urbana Familiar (EKUF) La Pirámide, porque no tengo espacio suficiente de tierra para colocar otro árbol, pero realmente si me gustaría tenerlo, estoy pensando un poco sobre un konuko en mi comunidad con más espacio para sembrarlo, o quizás me atreva en el espacio entre mi frente y la acera, consciente que será quinchoncho para todos, pero bien, me interesa ensemillarme, y se, que ese propósito puede ser logrado, aprovecharé esta menguante pa colocar tres semillitas de quinchoncho negro frente a mi casa.
El quinchoncho siempre ha sido generoso conmigo, recuerdo que trabajaba como maestra en la comunidad rural Chaguarama de Villa de Cura estado Aragua, y una señora campesina vecina de la escuela nos regalaba a las docentes aproximadamente 2 kg de quinchoncho fresco todos los años, me encantaba prepararlos fresquitos pues son deliciosos, con ellos hacía ensaladas y guisos.
Hace pocos días, conocí del quinchoncho negro, del cual ni tenía idea que existía, me lo dio una konukera que lo cultivo con el compromiso de divulgarlo: ya esa labor inició, pues en un conversatorio que compartimos sobre el Konuko con mi compañero William Goitia y la artista Yean Medina, en la escuela Bolivariana de Las acacias, Maracay, se le entrego entre varias semillas a quienes se interesaron en ensemillarse y cultivarlo, tres de quinchoncho negro, fue bonito compartir con el personal escolar pues repartimos muchas semillas de una variedad de quinchoncho que desconocían, solo una persona de las presente identificó dicha semilla, y fue la directora, cuando la tuvo en su mano dijo ¡Es quinchoncho negro!
Por ahora, queda  el compromiso de hacerle seguimiento a esas semillas y conocer sobre su diseminación, así como concretar un espacio para colocarlas cercana a mi konuko.
Pienso que, cada vez que estudio sobre un cultivo pa este calendario me enamoro del mismo, quisiera tener un inmenso patio para cultivar  de todito.
Continuando con los testimonios, debemos valorar la creatividad de la mujer en ese crecimiento de la diversidad y sencillez gastronómica en nuestro país,  Ana Macedo nos envía esta prometedora receta: con el quinchoncho preparo ensalada para acompañar el arroz, se sancocha el quinchoncho, se escurre el agua y se lava, luego le agregas un poquito de aceite, vinagre y sal, lo revuelves y lo acompañas con arroz, también se guisa con papas, yuca o batata, según el gusto de cada quién. 
Y es que estos relatos uno se deleita con  saberes infinitos, así la investigadora agrícola, y entusiasta impulsadora del cultivo de las leguminosas Ángela  Bolívar, nos envía su palabras motivadoras.
Si, el quinchocho es para mí la leguminosa más noble, útil e importante, considerada la triple propósito porque ella sola es capaz de nutrir el suelo al 100% de biofertilizante nitrogenado, su follaje sirve para alimentar especies animales además como planta medicinal y sus granos sirven para garantizar una alimentación 4S : sana, segura, sabrosa y soberana.  En fin, gracias y Bendiciones por dedicar este calendario al quinchoncho.
El consecuente colaborador, nuestro Tukui Volador (alvin Tovar) en un descanso de su vuelo por  los Valles de Aragua , nos contó su experiencia con los “Germinados de quichonchos”, dice: simplemente remojamos en agua los granos entre 6 u 8 horas, los cuelas y los mantenemos húmedos bajo sombra con un rociador, enjuagándolos al menos dos veces al día para que no se empichen, hasta el tamaño del brote que uno quiera,  aquí en Maracay pudiera ser entre  tres y cuatro días.
Los he comido crudo, pero son muy amargos, por lo que luego probé saltearlos y también al vapor, disminuyeron el amargor que lo hizo más tolerable al paladar,  quedaron más suaves.
Van muy bien con ensaladas, guisos y en sanduches,  son muy sabrosos y muy nutritivos.
El siguiente testimonio, nos llega de otro constante colaborador de este calendario, le invitamos a leerlo con detenimiento:
(Cajanus cajan) Una leguminosa multipropósito.

El joven Diego Rivas, desde el estado Bolívar nos cuenta su experiencia con el kinchoncho: Soy estudiante de Agroecología en la casa de estudio UBV, que con el tiempo esta carrera fue cambiando mi vida y mi entorno. Hace 2 años, mientras escudriñaba algunos texto digitales, encontré un sujeto llamado Masanobu Fukuoka, un japonés que se reinvento una forma de producir alimento sin necesidad de aplicar abonos, ni quitar la maleza, la cosa fue que esto me llevo a estudiar los suelo a profundidad y apasionarme por el edafón, además de querer aprender cómo recuperarlos y restaurar su fertilidad.
En esta búsqueda de recuperar suelo termine repitiendo 2 veces una materia anual llamada ‘’ Recuperación de suelos y cuerpos de agua ‘’ con un profesor muy temido por los estudiante por su exigencia en clases, pero que a su vez no me arrepiento por que disfrute mucho de lo que me enseño, al seguir indagando sobre el tema empecé a buscar plantas que me aportaran ese beneficio, encontré una particularidad en la Canavalia ensiformis (tody) pero sobre todo en el Cajanus cajan (quinchoncho), esta planta semiperenne, arbustiva, tiene la capacidad de enraizar y romper las capas compactada del suelo pero también  aireando y creando porosidad en él, evita el impacto de la lluvia en el suelo disminuyendo los caso de erosión hídrica, además de ser fijadora de nitrógeno al estar en simbiosis con la bacteria rizobium. Su capacidad de crear biomasa permite que el reciclaje de nutriente sea más eficiente creando una cobertura muerta en el suelo, es una planta muy rustica que resiste a la sequía como también a las inundaciones, su porte arbustiva no permite que los rayos del sol incidan directamente al suelo, favorece a colonización del suelo por la macro y micro organismo en las capas profunda, permitiendo que la vida del suelo florezca de manera más rápida, es una planta que atrae muchos insectos ya que es hospedera de diversas ‘’Plagas’’ , que al final de cuenta son insectos que están cumpliendo su rol en el ecosistema, estas ‘’ Plagas ‘’ traen a sus depredadores al agroecosistema y permite que no solo se coman a los insectos del quinchoncho sino que también a otras especie que están alrededor. Recuperar un suelo no es tarea fácil y más cuando lo quieres hacer de manera natural (imitando a la natura), además de que lleva tiempo, pero no es imposible, pero esto me ha llevado a entender el origen de la vida y al suelo como un cuerpo vivo, fundamental para la supervivencia de la humanidad.
Hoy en día se pierden hectáreas de suelo, por erosión, causa del mal manejo, el uso exacerbado de químicos y la rastra… Entender cómo funcionan los suelos es clave para una agricultura sustentable y la naturaleza nos brinda la oportunidad de conocer el Quinchoncho como estrategia para devolver la fertilidad pero además de forraje para animales y alimento para la humanidad.
‘’ El manejo adecuado del suelo es la clave mágica para la prosperidad y el bienestar general y la simple destrucción de los grumos de la superficie de los suelo llega a destruir pueblos y países, trayendo el hambre, la miseria, la enfermedad y, como consecuencia la esclavitud ‘’ (PRIMAVESSI, A. 1984).
Agradecimiento al equipo de Konuko estelar por la oportunidad y su constante lucha para seguir transmitiendo en cada rincón el conocimiento del konuko, se les quiere un montón, Att: Diego.

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