Los astros en noviembre 2019 desde la mirada del Abya yala y sus indicaciones




Hablo desde el reconocimiento del rostro amerindio, desde el mundo indígena de América (Abya Yala) en donde vivo y proyecto mi expresión hacia otras latitudes.
He aquí en mi canto y en mis manos el sueño diverso, la voz intensa de las antigüedades; he aquí en mis pasos el sudor de la reafirmación, el latido de la raíz definida, la mirada del horizonte despejado… la invitación a multiplicar los encuentros y aumentar el respeto mutuo por donde respira la vida humana.
Reciban nuestra palabra

Miguelángel  López-Hernández
Encuentro en los Senderos de Abya Yala

 El agrupamiento de estrellas que los incas nombraban Urcuchillay, o la pequeña Llama de Plata, para algunos, la estrella principal se identifica con la estrella Vega, de la constelación occidental de Lira.  Esta estrella constituye el ojo o la cabeza de la llamita. El hocico lo forman las estrellas Alfa y Epsilon; el cuello, Alfa y Zeta; el cuerpo, Zeta y Beta; la pata delantera, Zeta y Delta; la pata trasera, Beta y Gamma y la minúscula cola las estrellas Beta y Nu de la Lira.
Esta Constelación Inka se observa en el cielo vespertino desde el mes de agosto hasta mediados de noviembre y precisamente en ésta época es que nacen las crías de este grupo de llamas y alpacas.
En tiempo de los Inkas se hacían sacrificios y ofrendas a esta constelación buscando el favor de las deidades para la multiplicación y protección de la ganadería autóctona. Estas ofrendas consistían, además de todos los elementos usados en los rituales, de una pequeñas llamitas de plata, metal que cuando es muy bruñido refleja, a manera de un calidoscopio, los colores de los objetos circundantes. Estas llamitas metálicas son conocidas como Qonopas. Así, la llamita parece tener muchos colores y convertirse en un objeto mágico.
Según parece, Bernabé Cobo copió a Polo de Ondegardo cuando habla del mundo estelar de los Inkas. Precisamente se lee en la “Historia del Nuevo Mundo” de Cobo un texto similar al de Polo que nos sirve como información y referencia a la constelación de la llamita de plata o llamita de colores. Dice Cobo : “Todos los pastores respetaban y hacían sacrificios a la llamada de los astrólogos Lira, que ellos nombraban Urcuchillay, la cual decían que era un carnero de muchos colores, que entendía en la conservación del ganado; y a otros dos pequeños que tiene debajo a manera de T, decían ser los pies y la cabeza; y éstos también hacían veneración a otra que anda cerca deste y llaman Catachillay, que también es algo grande, y a otra más pequeña que anda junto a ella; las cuales fingían que era una llama con su cordero que procedían del Urcuchillay…”

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