El Sol de junio 2019. Su relación con el clima y el konuko


El Rostro del Viento
 
El rostro del viento
traía la palidez del miedo
y se desplomó contra la pared
del fondo de la casa
-¿Cuál es tu mensaje?
-le preguntó la abuela.

-El aguacero es fuerte -dijo-
y en la cumbre
el río perdió sus señas,
ahora viene arrastrando
todo lo que se encuentra
en su camino.

El viento siguió corriendo
con la misma voz
por las asustadas calles
del pueblo que atardecía

Humberto Ak´abal

En la trocha del tiempo de estos días, ya estará completamente sumergida bajo la horizontal en la poniente, la constelación Tamökan, de la nación Pemón, habitantes del escudo Guayanés, lo que les indica el último trayecto del tiempo Tamökan – Kompó del calendario Pemón.
Este cielo también marca la temporada de huracanes, señalado por el dios Huracán maya, representado en la constelación del Corazón del cielo, como parte de la constelación occidental de Orión. Se espera que aumente el flujo de los vientos Sur-Oeste, provenientes de Brasil y Colombia, lo que trae consigo la disminución del oleaje en las costas del Mar Caribe.
Para el final de este período la constelación Mali (Cangrejo, que coincide en nombre y muchas de sus estrellas con la constelación occidental), donde el Sol toca el Oeste del horizonte al anochecer.
Las lluvias que se hacen más frecuentes y más abundantes, nos refresca del intenso calor tropical, acelerando también el crecimiento de las plantas, el brote de las hojas, la germinación de semillas y embellece el konuko. También es el tiempo de la multiplicación de insectos, observándose hacia el atardecer nubes de hormigas y nubes de termitas aladas en faena reproductiva, donde puedan observarse bandadas de golondrinas que vuelan y cantan sus alegrías a los cielos vespertinos, agradeciendo este banquete de insectos que les trae las lluvias. En la hojarasca que cubre la tierra, también se dan el festín de la hojarasca, para tantos animalitos que habitan y se alimentan, descomponen y reciclan esta materia orgánica, como los congorochos, cien pies, mil pies, ácaros, cucarachas, moscas y tantos otros bichitos subterráneos que celebran la vida.
La abundancia de hojas, insectos, semillas y frutos, brinda una abundante fuente de alimentos para muchos grupos de animales, representando una buena oportunidad para sustentar sus crías durante este período.
Sin embargo la abundancia del agua, aumenta la posibilidad de problemas en las pezuñas, cascos y patas de muchos animales. Así como la proliferación de insectos transmisores de enfermedades, como zancudos, chipos, tábanos, jejenes, y el aumento de bacterias transmisoras de enfermedades. Las condiciones de humedad son favorable para la proliferación de hongos y bacterias, por lo que se debe estar atentos a las enfermedades de los cultivos.
Para los Yekuanas, es tiempo de artesanías, ya cumplido su ciclo de siembra y la inundación del territorio, preparando herramientas y utensilios de utilidad para la caza, la pesca, la agricultura, para el uso personal y comunitario.
Durante este período abunda la pesca del jurel en costas caribeñas, las plantas de poncigües florean y fructifica, la amapola y el jazmín florean y brindan su aroma.
Tiempo de anidación de muchos pájaros, que acompañan con su canto y sus colores al vuelo.

El Solsticio de este 21 junio es momento cósmico desde nuestra mirada del Sol en su ciclo anual, lo podemos notar especialmente al amanecer o al atardecer, al observar con frecuencia en el horizonte en el amanecer y el atardecer, para esta fecha el Sol emerger en el horizonte en el punto más alejado al Norte del Este, y en el anochecer la puesta de Sol ocurrirá en el punto más al norte del Oeste, es el punto donde da la impresión que el Sol se “detiene”. En el Hemisferio Norte, es decir en la mitad del planeta comprendido entre la línea ecuatorial y el polo norte, será irradiada en una mayor superficie, lo que provocará el día más largo y la noche más corta del año, conocido como la estación de Verano; mientras que para el hemisferio Sur, es decir desde la línea ecuatorial hacia el Polo Sur, será irradiada en una menor superficie, y por lo tanto el día será el más corto y la noche la más larga del año, conocido como la estación de Invierno. Esto repercute considerablemente en las condiciones climáticas, opuestas para cada mitad del planeta, días muy cálidos al Norte y días muy fríos al Sur. Estos tiempos se hacen más marcados en territorios más alejados de la línea ecuatorial, al extremo que en el Polo Norte tendrá un día de 24 horas y el Polo Sur una noche de 24 horas.
En el caso de la franja tropical, estos contrastes no son tan marcados, observándose en nuestro país una diferencia moderadamente perceptible en regiones ubicadas más al norte del territorio nacional, con cerca de 45 minutos de prolongación de la noche y de disminución de la luz diurna, reflejándose en un anochecer y amanecer levemente más tardíos. Sin embargo lo que si marca muy notoriamente es la abundancia de las lluvias, es decir este momento marca el período lluvioso en la línea ecuatorial tropical.
El 21 de junio, es la fecha de la celebración del año nuevo, para los pueblos del Sur del Abya Yala, las naciones andinas Aymara y Quechua celebran esta fecha, como el inicio de su calendario agrícola. Los Incas celebraban este inicio de año, en todo el territorio que abarcaban, pero especialmente en el Cuzco con las festividades del Inti Raymi, como la celebración más importante del año.

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